Son las fechas quienes me llevan al pasado. Viajo a antes de ayer por ello. Estoy triste, la tristeza se ha ido apoderando de mi alma. No sé si por cumpleaños, por días señalados del padre o porque se acerca de nuevo la primavera. Hoy estoy triste por todo y copio a los amantes de la muerte sus poemas. Y añado delante poemas más tristes todavía.
Quiero volver a casa por si acaso. Por si me voy o por si siguen marchando aquellos y aquellas a quienes amo. Quiero volver a casa para vivir con los míos, con las mías y sus amores. Y con mi amor.
Quiero volver a casa porque se me ha llenado el saco de los duelos, el saco de los vacíos. Y quiero llenarlos de nuevo con presencias esenciales. Quiero marcharme aunque sé que dejo grandes amigas y amigos. Grandes épocas de mi vida. Grandes amores, pero sobre todo mucho dolor. Mucho consuelo.
Quiero volver a casa porque este trabajo con mujeres víctimas del maltrato o de su suerte (ausente) está empezando a maltratarme seriamente. Porque mi responsables no se percatan. Y porque he asumido mas carga de trabajo de la que podía.
Este verano cumplo cincuenta años y no se cuan dolida voy a alcanzarlos. No se trabajar sin implicarme y nunca he sabido hacerlo. Espero que pase este momento.
Espero y necesito que el viento fresco sacuda con fuerza esta herida, espero y necesito que desaparezca esta agónica melancolía. Y aunque el dolor desaparezca creo que sigo queriendo volverme a casa…
Es curioso, escribí esto hace cinco años, y logré mi deseo de regresar a casa. Sigo trabajando con las heridas y con trapecistas, pero tengo red. Me siento mucho mas cuidada y en paz. Por ello soy moderadamente feliz, como casi siempre. Lo que espero necesito y quiero lo tengo a mi lado y en mi.
Me gustaMe gusta