Las emociones aparecen en el cuerpo para cumplir una función anatómica reguladora. Estas tienen varios sistemas de respuesta:
- cognitivo y subjetivo
- conductual y expresivo
- fisiológico y adaptativo
Por cuestiones culturales nos hemos acostumbrado a restarle importancia a las emociones como una alternativa para aliviar el malestar y sufrimiento propio y ajeno. Existe la tendencia a evadir, para no asumir la experiencia en sí por ser traumática, aterradora o porque suponemos que está mal vista socialmente.
¿Cómo validar una emoción si no nos hemos acostumbrado a hacerlo? Pasos:
- Reconocer e identificar la presencia de la emoción poniéndole el nombre correcto: rabia, alegría, tristeza, felicidad, miedo…
- Identificar en que parte del cuerpo se manifiesta: aumento del ritmo cardíaco, sudoración de las manos, temblores, contracciones viscerales, entre otras.
- Aceptar nuestra condición humana que sencillamente es parte de la vida.
- Evitar negar la aparición de las emociones.
- Aceptar que la emoción presente tiene un sentido y una finalidad, si es posible, descubrir cuál haciéndote preguntas que te ayudarán a entender la emoción.
¿Qué estaba haciendo antes de que apareciera la emoción? ¿Qué origina su presencia? ¿Cómo te hace sentir física y emocionalmente éste estado? ¿Cuáles son los pensamientos que están predominando en ese momento?
- Permitir y vivir en su totalidad la aparición de la emoción sin rechazarla, juzgarla ni criticarla. Solo dejarla estar.
Es totalmente tu responsabilidad gestionar en ti esa emoción y resolver tu situación sin lastimar a alguien en el camino.
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