Twittsoleando

Yo también me siento indignada y con deseos de encontrar una alternativa viable a este capitalismo feroz.  Desconozco hacia donde nos dirigimos, pero siento que las ideas caminan. Me gusta pensar en la generosidad como una cualidad humana por excelencia. Compartir es un  ejercicio que el capitalismo convirtió en explotación.

Nunca me creí aquello de que debemos ser productivos. Creo en la creatividad y en la pasión. La auténtica inteligencia está más vinculada a los afectos y lo emocional que a la elevada capacidad intelectual. La autentica evolución del ser humano se produjo por amor, se ama por pura supervivencia. No somos productos somos personas, por eso no podemos ser productivos, ni objetivos, porque no somos tampoco objetos. Como humanos lo nuestro debería ser el humanismo.

Nunca fue tan valorada la persona, sin embargo este sistema genera hambrunas, la alimentación es un tema político. El déficit de cereales lo provoca “el mercado” desviándolo para biocombustibles…  En plena época de crisis financiera, las grandes compañías obtienen más beneficios que nunca, nos mortifican con sus abultados porcentajes y sus despidos…

Vivir nos desvitaliza, trabajamos para consumir, nos hipotecamos para dormir, estudiamos para ser becarias y becarios, nos afanamos para ser lo que nos dictan, persiguiendo lo que nos inculcaron y lo que el marketing nos dice, intentando llenar ese vacío que no sabemos que lo originó…

En el Boulevard donostiarra he visto un cartel que decía: “este banco, mañana podría ser el tuyo” sobre un precioso banco del nuevo mobiliario urbano. Me intriga este inicio de rebeldía, me sorprende su tranquilidad, me llama la atención el modo en el que se producen los debates. Desconozco la información de la que se alimentan los y las participantes, pero me produce simpatía. Y sigo también en las redes sociales, en la medida de lo posible este movimiento relajado con la esperanza de que sea libre, autónomo y no teledirigido por nada ni por nadie. Me sorprende que persista el vocabulario sexista, y la mayoritaria participación masculina. Pero creo que hay un número importante de mujeres y hombres jóvenes, sobradamente preparados, con una gran sensibilidad y que se han organizado creativamente de una manera pacífica. Ejerciendo sus derechos en el marco de la ley ordenada y civilizadamente.

Y por cierto, leer o escuchar comentarios y reflexiones de cierta prensa me produce repulsión. ¿Qué temen? Mezclan en una sola frase todo tipo de clichés manipulando medias verdades y consignas, con certezas. Pretendiendo desvalorizar a este movimiento espontáneo, que yo encuentro importante y emocionante. ¡Cantidad y calidad! ¿Qué se inicia hoy?

Pienso ir a votar porque quiero otorgar mi representación a los políticos y políticas. Quiero que sean fuertes para representarme, que tengan poder de negociación con el capital, con los financieros, con la iglesia, con los poderes fácticos y las alianzas internacionales. No quiero que nuestra clase política se vea debilitada frente a todo ello. Les necesito libres, fuertes y en paz.

3 respuestas a Twittsoleando

  1. Ana dijo:

    Yo también como tú estoy indignada, porque hace tiempo que el sistema dejó olvidado al ser humano y se dedicó exclusivamente a los productos que iba produciendo. No sé dónde vamos, pero tengo la sensación de que algo importante se está gestando y, al menos, ya podemos decir que los españoles han sabido unirse y decir en voz alta ¡Basta Ya! ¡Somos personas!

    Me gusta

    • Tienes razón, Ana. Pero fíjate que somos dos indignadas, pero no nos nombran ( se llaman los indignados). Espero que esto siga y de verdad lo exportemos. Hay tanto por hacer. Sin feminismo no hay una auténtica igualdad, libertad, dignidad… ya de partida son carencias importantes para un nuevo orden. Yo sigo expectante.

      Me gusta

  2. Pingback: Twittsoleando | Tonalidad emocional

Deja un comentario