Técnicas de supresión del control

Técnicas de Supresión del Control  Por Berit Ås

Introducción

Nada es más práctico que la buena teoría. La Profesora Berit As desarrolló la teoría de las Técnicas de Supresión del Control (MST) creando una herramienta útil que las mujeres (u otros grupos) pueden usar para identificar qué ocurre cuando no son escuchadas, cuando son vigiladas o cuando son ignoradas. Tal vez no es porque una mujer haga una argumentación pobre o no consiga exponer un tema de manera apropiada. Tal vez no tenga nada que ver con la persona en sí sino con la pertenencia a un grupo que los demás le asignan o su género. Identificar las Técnicas de Supresión del Control (MST) es hacerlas visibles y, por lo tanto, neutralizar su efecto. Inmensamente práctico a la vez que útil.

Las cinco técnicas de supresión del control (MST) que Berit As identificó son:

  1. Hacer invisible/Invisibilizar
  2. Ridiculizar
  3. Ocultar información
  4. Condenar si haces / Condenar si no haces
  5. Lanzar acusaciones, culpabilizar y avergonzar

En teoría, técnicas como éstas podrían ser aplicadas en todos los colectivos oprimidos. En cualquier caso, Berit As sostiene que son usadas específicamente en situaciones relacionadas con las mujeres, debido a la definición en las sociedades patriarcales de la mujer como objetos de propiedad.

Han pasado 20 años desde que fueron identificadas, publicadas y discutidas por primera vez, y aún hoy son válidas. Tener conocimiento de las Técnicas de Supresión del Control (MST) significa que puedes revelar y reducir su efecto.

  1. Hacer invisible/Invisibilizar

Ingrid está sentada en una mesa de reuniones. Es su primera reunión y se le ha invitado a hablar por primera vez. Su corazón late acelerado y le sudan las manos.

– “¿Por qué estoy tan nerviosa? Todo los demás parecen tranquilos y relajados.”, se pregunta Ingrid.

Uno de los asistentes a la reunión comienza a hablar. Es fácil comprobar que está acostumbrado a comunicar. Golpea sobre la mesa con énfasis, habla alto y articula un discurso ininterrumpido. No hay duda, he ahí alguien que sabe de lo que habla y no le importa la disensión.

Llega el turno de Ingrid. Expone rápidamente lo que quiere decir. No le ocupa mucho tiempo. Ingrid siente que su exposición pareció el diminuto “pío” de un pájaro.

Pero ahora ya está hecha. Espera la reacción. No hay reacción. La reunión continúa como si ella no hubiese intervenido. Ingrid se siente mal. “¿Dije algo inapropiado o estúpido?” se pregunta. “No debí haber abierto la boca”

Hacer invisible/invisibilizar ocurre cuando las mujeres son olvidadas, vigiladas o ignoradas. Niega a las mujeres su identidad y nuevamente les recuerda que son inferiores, insignificantes y que carecen de influencia.

Hacer a alguien invisible significa que una persona elige tratar a un individuo o a un grupo como si esa persona o grupo no estuviera allí.

Hacer a las mujeres invisibles es posible porque ambos, mujeres y hombres, están acostumbrados a la situación en la que el hombre y la cultura masculina son obvios, normales e importantes. No nos damos cuenta que las mujeres en realidad tienen problemas, intereses y circunstancias diferentes de las de los hombres. Con respecto a las mujeres, por lo general elegimos mirar para otro lado y no cuestionar el seguro y bien conocido orden de las cosas.

Hacer a alguien invisible es una poderosa Técnica de Supresión del Control. Alguien que nunca es visto ni atendido con un interés genuino se sentirá insignificante, inseguro e incapaz de cualquier acción que genere algún cambio. Hacer a alguien invisible puede ser a veces difícil de discernir ya que a menudo ocurre “sin palabras”. Es expresado por medio del lenguaje corporal, con gestos o por la ausencia de gestos comunicadores.

Al aprender a reconocer esta Técnica de Supresión del Control, una mujer puede evitar el sentimiento de insignificancia. Una mujer puede hacer consciente a su entorno de este tipo de situaciones y demandar conscientemente atención y respeto cuando habla.

  1. Ridiculizar

Ella acaba de volver de un congreso durante el n de semana en torno a derechos e igualdad que le ha proporcionado mucha información novedosa. Está deseando contar a sus colegas todo lo que acaba de aprender.

 “¿Así que fue un buen congreso?”, pregunta Tom en cuanto Ella entra por la puerta.  “Sí, fue realmente valioso”, responde Ella. “Había casi 150 mujeres…” Ella no tiene oportunidad de continuar. “Vaya gallinero”, comenta alguien. Todo el grupo rápidamente se suma al comentario riendo e imitando el cacareo de las gallinas.

Ella intenta una y otra vez contar algo sobre el congreso pero le interrumpen cada vez con un nuevo chiste. Al final grita enfadada: “!Que os den! No os importa nada lo que tengo que decir!” “!Oh, estamos de broma! ”,responden los hombres. “Sí, pero siempre reaccionáis de la misma manera cuando vengo de un congreso”, dice Ella enfadada. “Siempre lo ridiculizáis como un tema de la liberación de la mujer.”Ella se marcha a su casa.

La ridiculización ocurre cuando el esfuerzo de una mujer es despreciado, tomado a risa o vinculado con animales (por ejemplo, gallinas), cuando las mujeres son representadas como especialmente emocionales o sexuales, o cuando las mujeres son rechazadas como frías o manipuladoras. Ninguno de estos términos es aplicable de manera natural cuando hablamos del esfuerzo de un varón.

Es ridículo cuando los hombres insinúan, de varias maneras, que las mujeres son terriblemente incompetentes e inútiles en casi todo excepto para el sexo y las labores de la casa.

Ridiculizar personalmente a mujeres concretas, ridiculizar su trabajo y su cultura   es una práctica tan común que a menudo algunas personas ni si quiera lo advierten. Por ejemplo, hay numerosas expresiones comunes para ridiculizar a las mujeres (y también a los hombres) tales como “vieja” para referirnos a personas que son muy cuidadosas y escrupulosas al volante. Incluso los periódicos incluyen en sus páginas de humor historias supuestamente divertidas que sugieren que las jovencitas son ingenuas y las mujeres mayores amargadas, y que en cualquier caso, el mundo está mejor bajo la sólida mano del hombre.

La cantidad de mujeres desnudas o semidesnudas en la pornografía y la publicidad nos transmite que la mayoría de nosotras no somos realmente hermosas o al menos no suficientemente buenas en nuestro estado corporal actual. Si queremos formar parte y participar, tendríamos que eliminar primero nuestros michelines y sufrir la inevitable pérdida de valor “en el mercado” conforme envejecemos.

Ridiculizar es una Técnica de Supresión del Control muy efectiva. Cualquiera que use esta técnica tiene muchas risas de su lado mientras que la persona receptora se siente incómoda y ridiculizada, o incluso terriblemente estúpida y sin el menor sentido del humor. Todos estos sentimientos finalmente crean un ambiente de inseguridad que hace a la mujer sentirse aplastada y pasiva.

Una mujer que ha aprendido a reconocer esta Técnica de Supresión puede comentarle a la persona que está empleándola, sin sentirse avergonzada, enfadada o reiterativa, que ella no es un divertimento y que exige que esa actitud ridiculizadora cese de inmediato.

  1. Ocultar información

Después de la reunión: “Vayamos a tomar una cerveza”, propone Larry. “Bien”, asienten los demás hombres del grupo. Sophie reflexiona: lo que más desea es irse a su casa. No le agrada tener que ir a los bares después de cada reunión. Pero si no va con el resto del grupo, sabe exactamente qué pasará: en la próxima reunión los hombres habrán tomado totalmente sus decisiones y ella no tendrá oportunidad de proponer nada. No es sólo cuestión de tomar una cerveza, en esa reunión los hombres intercambian información y toman decisiones por adelantado. Así que Sofía se une al grupo desganada. Pero, ¿por qué siempre tiene que ser todo hecho como ellos quieren?

La ocultación de información ocurre cuando los hombres gestionan los temas sólo con otros hombres. De esta manera, niegan a las mujeres el acceso a la información sobre temas importantes ya sea en el trabajo o en la política. De camino, el trabajo doméstico de las mujeres es despreciado.

Para tomar las decisiones correctas, se necesitan conocer los datos de concretos de un caso. La ocultación de información significa dejar a la otra persona en la oscuridad con respecto a ciertos temas, impidiendo a la persona actuar como debiera si tuviera toda la información necesaria.

Hay muchas “ocasiones sociales” que amparadas en las normas, la tradición o la naturaleza de la actividad, permiten a los hombres encontrarse sin que las mujeres estén presentes las reuniones del Rotary Club, los partidos de fútbol entre empresas, la copa después del trabajo, la sauna de los jueves con sopa de guisantes y ponche, etc.

En todos estos encuentros formales o improvisados, las personas tomas decisiones y llegan a acuerdos sin tener en cuenta a los colegas mujeres. Como consecuencia estas decisiones pasan rápida y superficialmente sin ser discutidas en las reuniones oficiales o en los grupos de trabajo sin que las mujeres presentes tengan la posibilidad de aportar nada al respecto.

Hay una sistemática y persistente falta de conocimiento sobre las circunstancias vitales de las mujeres y las chicas. Así, sabemos realmente poco sobre los problemas de las jóvenes con su tiempo de ocio o sobre los esfuerzos no recompensados en la carrera de muchas mujeres que trabajan para generar comodidad y bienestar tanto en sus trabajos como en sus hogares. Estos y otras “lagunas en nuestros conocimientos” impiden a las mujeres ver con claridad lo que les ocurre en su ambiente más cercano y en la sociedad en general.

Ocultar información es una Técnica de Supresión del Control bastante común. Las mujeres que son condenadas a la ignorancia se sienten solas, inseguras y estúpidas, haciendo que sea más fácil para los hombres tener la iniciativa y más fácil para la cultura masculina mantener su posición dominante.

Al aprender a reconocer la “técnica de ocultación”, una mujer entiende que tiene el derecho a exigir información más detallada y rigurosa, y exigir la discusión de ciertos temas cuando ella encuentre que es necesario. Las mujeres pueden encontrar también valioso organizarse para conseguir e intercambiar información sobre temas importantes para ellas y sus propias vidas.

  1. Condena por hacer / Condena por no hacer

Connie telefonea a sus padres para preguntarles si podrán cuidar a su hijo Mathew esa misma noche. Connie no puede dejar de asistir a una importante reunión sindical.

 “¿No crees que estás empleando mucho de tu tiempo en reuniones? Nunca tienes tiempo para tu hijo”, protesta su madre. Connie escucha la misma frase cada vez que tiene una reunión. Sus padres piensan que Connie debería simplemente quedarse en casa cuidando a su hijo en lugar de asistir a todas esas reuniones. Es obvio que sus padres piensan que ella no es una buena madre. Pero una vez más consienten cuidar a Mathew.

En la reunión Connie es invitada a participar en un grupo de trabajo que se reúne cada miércoles. “Lo siento pero no puedo”, dice Connie. “He prometido a mi hijo estar en casa cada miércoles”.

Connie se da cuenta de que los demás no aprueban su posición. Al acabar la reunión en el hall, Connie escucha a los demás rumoreando: “Estar con mi hijo ”, bromea uno de ellos. “¡Creo que el sindicato es más importante que la crianza de un hijo! ¡Cosas de mujeres!”.

El doble castigo ocurre cuando una mujer hace algo y es juzgado como incorrecto pero también incorrecto si no lo hace. Esta Técnica de Supresión del Control es usada contra las víctimas de prejuicios o estereotipos. Por ejemplo, las mujeres feministas son culpadas por su alto nivel de divorcios  y al mismo tiempo son culpadas por no ser suficientemente activas en política. “Condenada si haces, condenada si no haces”.

Esta técnica se usa contra las mujeres acusándolas de ser malas madres cuando se involucran en la vida laboral o en política – y de “no estar por la labor” y  “desconectadas” cuando dan prioridad a su hogar y a sus hijos.

De la misma manera, una mujer gestora puede ser acusada de debilidad si intenta escuchar y actuar democráticamente, y de falta de feminidad cuando muestra sus garras o impone su voluntad. Una mujer política puede ser acusada de visión estrecha cuando insiste en los intereses de las mujeres y de ser traidora cuando no lo hace.

Es extraño que el doble vínculo sea una Técnica de Supresión del Control tan efectiva. ¡Es manifiestamente ilógico e injusto! ¡Pero siglos de hacer invisible a las mujeres y a la cultura femenina y ridiculizar a una y a otra, han conseguido reblandecer a los lógicos más estrictos! Mientras tanto, las mujeres expuestas a esta técnica de supresión del control acaban estresadas cuando intentan sin demasiado éxito evitar la crítica por ambas partes.

El doble vínculo es extremadamente doloroso por la constante conciencia de culpabilidad y los sentimientos de inadaptación que por lo general conllevan. Para evitar esa tremenda incomodidad, la mujer ha de abstenerse de cualquier actividad política o de tener hijos. Así, la mujer ha de aceptar una posición inferior en el trabajo, debe hacer lo imposible para adaptarse y equilibrar todas las conflictivas exigencias que caigan sobre ella.

Es importante aprender a reconocer esta cuarta Técnica de Supresión del Control. Las mujeres como lo hombres, son importantes en todas partes: en el trabajo, en la política y en las familias con sus hijos. Las mujeres han de tener el derecho y la oportunidad de combinar diferentes tipos de vínculo sin que ello signifique un desgaste físico o psicológico negativo.

  1. Culpabilizando y avergonzando

En una reunión, Corina sugiere cambiar los encuentros para crear una atmósfera más agradable: “Hagamos las reuniones sin seguir una agenda cerrada, hagámoslas de vez en cuando; podemos traer también por turnos algunos pasteles”.

“¿Pero de qué estás hablando?”, protesta Carl airadamente. “No nos reunimos aquí para comer pasteles ni para divagar sobre la nada. ¡De todo lo que he tenido que escuchar, esto es realmente el colmo! ¡Se supone que somos gente seria!”

“Pero es que son siempre las mismas personas las que hablan en nuestros encuentros, si pudiéramos cambiar nuestro estilo un poco quizás podrías ser…”. Carl interrumpe: “Bueno, en realidad no es culpa mía que algunas personas no hablen en las reuniones. Si lo necesitan: ¿Por qué no se van a recibir un curso para hablar en público? Esto no es una escuela de enfermería, ¿sabes?”Corina se siente estúpida. Quizás fue una sugerencia un poco tonta. ¿Qué van a pensar de ella después de esto?

La culpa y la vergüenza se infligen haciendo uso del ridículo y el doble castigo. Ocurre cuando a las mujeres se les dice que no son suficientemente buenas incluso si las razones para “no ser suficientemente buenas” pudieran ser: 1) piensan y se comportan de manera diferente a los hombres y con maneras alternativas; 2) las mujeres no han tenido acceso a la información y la educación (que, por lo general, ha sido controlada por los hombres).

Es bien sabido que las mujeres que han sido violadas o maltratadas se sienten profundamente avergonzadas y en parte responsables de lo que les ha pasado.

Esta quinta Técnica de Supresión del Control – culpabilizar y ridiculizar– es ilógica y difícil de comprender. Al mismo tiempo, esta Técnica de Supresión del Control funciona en razón del estatus social inferior asignado a la mujer y a la cultura femenina. Al hacer invisible a la mujer día a día, ésta se siente empequeñecida e insignificante; por medio de la habitual ridiculización la mujer se siente insegura y estúpida. Todos estos factores alimentan los graves – y absolutamente injustificados – sentimientos de vergüenza, alimentado a su vez la irracional tendencia a aceptar la culpa por todos los males del mundo.

De esta manera, las mujeres no protestan tan abiertamente como deberían cuando se sugiere que la violación fue cometida porque la mujer llevaba una minifalda muy corta, o cuando las mujeres son culpables por los excesos de bebida de los hombres, o que las mujeres sean consideradas como imposibles de tratar si no permiten dócilmente que los hombres les pateen el culo.

Esta técnica de que usa la culpabilidad y el ridículo es muy difusa y difícil de identificar. Es por lo tanto un tema urgente sacar estos casos a luz. Esta conciencia tendrá así el poder de desvelar todos los mitos sobre las mujeres.

Cuando una mujer ha aprendido a reconocer esta quinta Técnica de Supresión del Control puede manejar más fácilmente y contrarrestar el “patrón psicológico” que hace esta técnica tan efectiva. Un ejemplo, cuando se persuade a las mujeres para que “acepten” la imagen de la propia mujer y de lo femenino como algo sin interés, estúpido y ridículo.

Pues cuando las mujeres obtengan un completo entendimiento de esta técnica y lo que la hace funcionar, en lugar de culpabilidad y vergüenza, serán capaces de sentir alegría y orgullo de pertenecer al negativamente llamado sexo débil.

Texto publicado originalmente por KILDEN con permiso de Berit As.

MST A project by Jesús Palomino 2014