Feminista indignada

SIN FEMINISMO NO HAY REVOLUCIÓNHace mucho que lo estoy, pero no le había puesto nombre, y lo que no se nombra no existe. He sido una mujer dedicada a los cuidados. Todas lo hemos sido desde niñas y es como crecemos. En nuestro ideario y en el de la sociedad es nuestra tarea: cuidar. Hay dos mundos, dos visiones: femenina y masculina; además nos han persuadido de que cuidar, al igual que lo privado y familiar, no es productivo, “esa palabra tan importante”, productividad que junto con competitividad… no se aplica a lo femenino. Y a lo mejor es cierto que producirles a algunos de ellos no ha sido tan productivo como podríamos esperar, porque nos han convertido en “no competitivas”.

¿Hay algo más valioso que la vida? Pues nos han hecho creer que si: el dinero. Y nos lo hemos creído, y hemos colaborado en hacer real ese intangible que es el dinero. Hemos organizado la vida de tal manera que cada día hay que producir más y con mayor competitividad. Ese modo de vivir no es real, pero creemos que sí. Es el modo en el que el mundo de las finanzas nos ha convencido para poder seguir acumulando capitales que circulan libremente, mientras no hay libertad para pasar el estrecho que se ha llenado de almas y sueños…

Lo auténtico no importa, lo que ves, la sonrisa, el sol, el afecto, los vínculos… todo queda anulado por el dinero. Se puede especular con todo, suelo, viviendas, vidas, mujeres, armas, drogas, alimentos… Las personas hemos creído que podemos ser autosuficientes, hemos creado un ideal-irreal de independencia. Porque lo cierto es que somos dependientes, necesitamos vínculos afectivos y de colaboración. Nacer solo, crecer sola, vivir solo,  es imposible…

No me gusta este mundo y por eso quiero cambiarlo, sin prisa pero sin pausa, empezando por mí alrededor. Siguiendo como siempre con mi ideario y mis asociaciones, pero mucho más segura de lo que no quiero. Quiero igualdad, decencia, generosidad, y una sociedad en la que distribuyamos los bienes equitativamente sin esos enormes desequilibrios actuales. Un día nos envasarán el aire para cobrárnoslo, como ya hicieron con el agua y con la tierra…

Y por favor adecuemos el lenguaje, es un principio para seguir adaptando la sociedad para todas y todos. Sin feminismo no hay avance posible.

3 respuestas a Feminista indignada

  1. Pingback: Feminista indignada | Tonalidad emocional

  2. bibliopeque dijo:

    No estés tan enojada, el mundo no cambia más rápido si estamos enojados… hay que sentir y pensar el cambio desde otra perspectiva. El cambio sucederá, es inevitable, y el proceso es lento para nuestra concepción mental, relájate y respira. 🙂

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  3. Bueno es más bien indignación, porque no hay nada más valioso que la vida, y esa tienes razón es necesario que sea relajada, pero no es incompatible. Necesitamos calma para enfrentarnos a los malos tiempos que nos traen los «dinereros». Las mujeres además tendremos que soportar todo lo que los recortes sociales dejarán de cubrir. Cuidados y atenciones…
    Por cierto muy majo El blog de los PequE de la BiBliO http://biblio-peque.blogspot.com/

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