Carta a un maltratador de Ana Victoria Serrano Barrena
Cuando tu la tocas
Cuando tú la insultas.
Cuando tú la hieres.
Cuando tú la humillas.
Cuando tú la golpeas.
Cuando tú la destrozas.
Sus lágrimas se contaminan
de tu maldad.
Se hacen mas densas y sólidas
como las piedras.
Las embalsaman por dentro.
Devoran sus órganos,
la infectan…
No la hagas llorar nunca,
Que nunca tenga miedo de ti
-el amor y el miedo son
incompatibles-
No la aceches.
No la comprimas.
No la controles.
Respeta su individualidad,
respeta su intimidad
-ella no es tu propiedad-
Acepta su unicidad.
Déjala libre.
Se tu también libre.
Cuídala siempre,
cuídate tu también
No hagas un infierno
de tu vida y de
las vidas de los
que te rodean.
Enfréntate a tu desazón
a tus nervios
a tu crueldad
a tu rabia
a tu violencia
a tu locura…
Porque cuando tú la tocas.
cuando tú la insultas,
cuando tú la hieres,
cuando tú la humillas,
cuando tú la destrozas.
cuando tú la matas…
Sus lágrimas se contaminan
de tu maldad.
Se hacen densas y sólidas
como piedras.
Las embalsaman por dentro.
Las embalsaman por fuera.
Devoran sus órganos,
la infectan…
Cuando tu la matas
tú mundo se desborda
con su sangre.
Cuando tu la matas
la tierra se inunda
con sus lágrimas.
Ana fue mi paciente, que dejó de serlo para ser amiga y ha muerto. Ana escribe sus sentimientos y te los entrega. Necesita certificar sus sentimientos, por todos los que volaron sobre ella. Y aun le quiero, y ahí seguirá. Siempre.
Ana fue mi paciente, que dejó de serlo para ser amiga y ha muerto. Ana escribe sus sentimientos y te los entrega. Necesita certificar sus sentimientos, por todos los que volaron sobre ella. Y aun le quiero, y ahí seguirá. Siempre.
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