Miedo y seguridad


Nunca he sentido miedo de perderte… ni he sentido miedo de perder algo en concreto. Mas bien lo que me suele suceder es que siento después miedo retrospectivo. Ayer le decía a mi amante Javi: ¿Nunca has sentido de repente un escalofrío de miedo por algo que sucedió en el pasado y que de repente tomas conciencia de lo que podía haber sucedido?
En el puente de la constitucion de 1992 salí muy tarde de Móstoles porque teníamos una reunión importante en el ayuntamiento. Nerea me esperaba, impasible el ademán con el abrigo puesto; sentada en el sofá, totalmente segura de que si yo no había llamado avisando de que se suspendía nuestro viaje a Donosti, es porque se mantenía. Un par de horas me esperó de aquella guisa. Llegué y confirmé sus espectativas. Partimos las dos hacia Donosti en el final de una tarde de perros, llovía a cántaros y hacía un frio helador.
Atravesando el puerto de Etxegaraté, reventó la rueda delantera izquierda… mi rueda, la de la conductora. Recordaba que venían muchos y enormes camiones detrás… mientras girábamos como una peonza. Seguimos girando hasta que dimos con la trasera del coche en la ladera de barro de la montaña, que ahora, tras las obras, es de piedras. Nerea estaba a punto de cumplir cinco años. Despertó con el golpe y fue a caer sobre nuestros abrigos en blandito. El vehículo salió disparado desde la ladera y se detuvo en la mitad de la carretera… se que pronto llegaría una gran fila de camiones desde arriba… para los que venian por abajo di luces, claxon y gritos… los camiones empezaron a hacer sonar sus claxons como locos a los que bajaban… Y yo deje el coche, cogí a Nerea envuelta en mi abrigo, le dije: » no pasa nada mi niña, no te muevas…» mientras la depositaba en la ladera … me reia y le decía ¡¡¡vaya aventura eh mi niña!!!
FIN… todo acabó.
Bajaron de un coche, me temblaban las piernas, me tomaron de los hombros mientras caminaba atudida. Nerea…. ya estamos bien… que aventura eh mi niña… y ella no dejaba de repetir lo mismo… ¡¡¡vaya aventura eh, abuelita…!!! mientras se reía.
Si yo decía que iba a llegar y nos ibamos de viaje… no habia duda de ello. Si yo decía que aquello era una aventura… por supuesto que lo era.
El coche pudo continuar cambiando simplemente la rueda y atando con cuerdas el portaequipajes. No llame a casa, al aita y la ama para no asustarles. Resulta ciertamente inverosimil que una saliese ilesa en un reventón que se produzca en el puerto de Etxegarate, sobre todo el de antes… subida y bajada en la misma via… ¿habeis pasado por alli antes de la gran obra?
El coche era nuevo, lo habia estrenado en julio del 92. Aún no había cumplido ni cinco meses. Yo siempre he asegurado a todo riesgo a todos mis vehículos.
La compañia de seguros se negó a abonarme la rueda reventada, porque decian que tenía un corte limpio, de gran navaja o similar. Parecía provocado y la rueda no hubo modo de que la abonaran… a pesar de que el golpe supuso un presupuesto de casi cuatrocientas mil pesetas de la época. No se podían abrir las puertas traseras, ni el portaequipajes…
Ayer soñe con aquello despues de escuchar los dos nuevos asesinatos de mujeres este sábado… Senti enorme miedo retrospectivo y de repente, fui consciente de que desde entonces podiamos estar muertas.
Nerea, te quiero y estás preciosa… y Javi te adoro por entrar en mi vida. Estoy mas segura de ambas cosas que cantidad de miedo senti anoche
 

Acerca de Mariangeles Alvarez García

Psicóloga. Psicoterapeuta. Feminista. Involucrada. Interesada en los viajes introspectivos. En búsqueda.
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