¡Cómo no descanse pronto se me van a cortocircuitar las neuronas!. No es que a estas alturas piense que son de una calidad excepcional, ni que las tenga entrenadas, no es eso; porque yo aborrezco los entrenamientos, aunque reconozco que producen sus efectos beneficiosos. (En unos más que en otras, según mis gustos claro…) El  caso es que me siento enfermar neuronalmente hablando; y esto yo lo vengo notando porque he empezado a reconocer a los famosos en las  revistas que ojeo en la peluquería… Lo cierto es que como me tiño el pelo (intentando retener el aspecto juvenil…) pues me hacen retirar mis gafas, y a pesar del papel de aluminio que las encantadoras peluqueras te ofrecen (porque se conocen el tema y así no nos quejamos de las esperas en ese suplicio chino que son los salones de belleza) Bien pues como decía con deficiencias visuales y con las patillas de las gafas todas ellas rodeadas de papel de aluminio… vamos un poema… les reconozco… ¡ES TERRIBLE! Esto solo puede suponer una decadencia cerebral. Algún deterioro neuronal. Me lo tengo que mirar…

El caso es que necesito descansar. Darme un respiro del calor, del dolor, de la locura… Necesito recobrarme de mis heridas, de las heridas que intento ayudar a recuperarse a los otros y a las otras. Del daño que nos causamos los unos a los otros y a las otras, y las otras a los unos y a las unas. Del dolor de las ausencias, de las heridas de las presencias, del choque entre los unos y las unas, las otras y los otros.

Lo que de veras me hiere siempre es el amor, pero yo soy muy enamoradiza y amo todo y toda, a todos y a todas. Soy facilona y pronto amo. A veces no logro amar a la primera, entonces le pongo más empeño y tampoco lo consigo… pero es que hay algunos seres a los que no logro entender, y creo que nunca lograré comprender.

Amor y locura. Locura en general. Locura en particular. Mi locura.